jueves, 26 de mayo de 2011

¿Quién asume la Responsabilidad Social? Yo no.

Christian Álvarez (Chile)

Dentro de los componentes de la sociedad, todos cumplimos distintos y múltiples roles. Las organizaciones sociales de las cuales participamos, conviven de distinta forma en un Chile que crece con expectativas, distintos indicadores y un progreso que se concreta aún más en tiempo de elecciones.

El tomar en cuenta al Medio ambiente, los derechos humanos, el marketing responsable y el desarrollo comunitario son asuntos cada vez más relevantes, de los cuales muchas empresas, sobretodo multinacionales, toman en consideración en el momento de planificar, gestionar y controlar su relación con el Mercado. Algunas de ellas lo hacen simplemente por la necesidad de aportar un “granito de arena” a este mundo cada día más globalizadamente caliente y otros simplemente por un tema de mercadeo. Sea como sea, no es un desconocimiento general el hecho que todas las empresas lo hacen con un fin relacionado directamente con los resultados de la última línea. ¿o no?

Más allá de las diferentes opiniones que se pueden generar en este contexto, la idea de la siguiente reflexión es sacar conclusiones, sin juicios de valor. Sólo responder esta pregunta, que hasta antes de planteármela, parecía más fácil de responder.

Si le dejamos la responsabilidad social, solamente a las corporaciones que lo implementan integral y verticalmente dentro de su proceso productivo, nos desprenderemos de lo que podríamos hacer desde nuestros distintas posiciones sociales-urbanas, más allá de ser un simple cliente (interno o externo) de dichas empresas ó de tomar un rol activo en lo social, mas allá de lo caritativo, un poco más a largo plazo que lo políticamente correcto.

El cuidado del medio ambiente, va más allá de crear edificios inteligentes, o vender bolsitas “chic” para el supermercado, pasa directamente por gestionar políticas de reciclaje y protección ambiental. Podríamos comenzar básicamente por no tirar basura en las calles, por botar las colillas de cigarros en los basureros, por dejar de usar las bolsas plásticas no degradables.

Respetar al otro, es un rol que generalmente asume el estado, por medio de las protecciones sociales, la igualdad de derechos y las políticas publicas. Pero va un poco mas allá, por la simple condición de ser humano que se desenvuelve en nuestra comunidad, en el semáforo, esperando el bus y en la fila para comprar.

Visto desde ambos lados de la moneda, las interacciones entre empresas y consumidores, mejorarán en función de que por un lado, los ofertantes lleguen al mercado con mayor transparencia, entregando más datos relevantes para la toma de decisiones y una vinculación a los procesos productivos socialmente responsables. Los consumidores en contraparte, necesitan manejar la información necesaria en lo que respecta a trazabilidad, alternativas, sustitutos, o los pasos a seguir en caso de exigir sus derechos, para así también poder premiar a las empresas con un mejor comportamiento.

No podemos conformarnos con entregarle las responsabilidades sociales sólo a las empresas, salvo que algunos Académicos y sus teorías, estén en lo correcto y tomemos en cuenta a todas y cada una de las familias de nuestra sociedad como “empresas”, pero eso es parte de aquellos modelos, donde muchas veces sólo los supuestos nos llevan a interpretar bien la realidad.

Antes de seguir leyendo, pregúntese nuevamente. ¿Quién asume la Responsabilidad Social?

El desarrollo sustentable, no se genera sólo con mejorar las calles, construir hospitales y autopistas o firmar tratados de libre comercio. Tiene que estar relacionado directamente, con mejorar los accesos a la salud, la calidad del servicio entregado en las escuelas y universidades, aumentar los fondos destinados a investigación y desarrollo y también por generar alternativas de fuentes energéticas.

Es un proceso directamente relacionado en forma transversal con la administración de recursos, la vida en la urbe y la igualdad de derechos y el sistema educacional.

La responsabilidad social, antes de ser Empresarial o Corporativa, es un tema cultural, un compromiso que todos podemos asumir en el día a día, debería ser una nueva asignatura en las carreras profesionales, técnicas o en educación cívica en los colegios. Hasta que no entendamos la magnitud de aquello, sólo tendremos un grupo selecto de empresas socialmente responsables, ciudades en las cuales lo que menos se respira es oxigeno, la misma cantidad de basura en las calles y mucha caridad extra-publicitada, que en su conjunto no hacen más que dificultar el camino hacia el progreso.

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(*) Egresado de Ingeniería Comercial. Universidad de Santiago de Chile.

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