Autor: Documentando la vida
Esta nota, que me parece buenísima, es una disgresión colocada al pie de un post en el blog de Pablo Fabregat, un programador, o más personal: "un muchacho que vive en Argentina, mas precisamente en Buenos Aires, Capital, que viene de la generación 1985, y no tiene nada mejor que hacer que transcribir sus memorias en este log."
Esta nota, que me parece buenísima, es una disgresión colocada al pie de un post en el blog de Pablo Fabregat, un programador, o más personal: "un muchacho que vive en Argentina, mas precisamente en Buenos Aires, Capital, que viene de la generación 1985, y no tiene nada mejor que hacer que transcribir sus memorias en este log."
Lee la 'adaptación' del hablar (escribir) argentino al del latinoamericano medio:
Vivimos en una sociedad tan, pero tan consumista, que nos hacen creer que todo, todo lo que nos rodea, es algo que necesitamos, ya sea un reproductor mp3 con una antena parabólica para contactar extraterrestres o un combo de algún local de fast food (-¿quieres agrandar tu pedido por 1,50 ?, -¿y no quieres que te agrande un ojo gratis?).Spam, marketing viral, afiches en la calle, propagandas en la tele, la radio, camisetas de algún deporte, mensajes sms. Nos invaden desde todos los angulos. Y la parte mala no es justamente tanto lavado de cerebro para que compremos, sino que ¡surten efecto!, como si fueras mejor o peor persona por tener la última generación de iPods o el último celular de la compañía de moda.Como si fueras criminal si tu ropa no es como la muestran en tal revista.Como si fueras a ganarte a una chica porque usas tal perfume (dios, de entre las propagandas sexistas que veo siempre, estas son las peores).
Así logran obesos, obsesos, depresivos, consumistas, ególatras, retrasados mentales y una larga lista que ya me está empezando a inflar un poquito la vena principal.
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