domingo, 12 de diciembre de 2010

Rendijas (1) de Fernando Núñez Noda


ENSAYO
Fernando Núñez Noda
(@nuneznoda en Twitter)

Aforismos independientes

Sin eco no hay soledad.

Deja sangrar lo que quieras ver vivir.

El sitio más seguro es donde no estoy.

El problema con mi egoísmo es que siempre se llena de gente.

“Las palabras se hicieron para usarse”, dijeron las palabras.

Sólo es evitable lo que no va a suceder.

Tan fácil hablar de la cosa en sí como difícil hacerlo de las cosas más simples.

¿Sabes lo que temo? Morir rodeado de mal gusto.

Renuncia queriendo.

Si dios no existe, me reconcilio con él.

Pónle piso de colador a tu conciencia y tendrás aforismos.

Todo destino es una juntura.

Nada me da miedo. Por eso le tengo terror a la nada.

La mejor meditación ocurre por descuido.

“Quisiera” tiene que ver con distancia.

Prefiero un infierno ascendente a un cielo en el abismo.

Cuando habito mi yo, extraño el afuera.

Que nuestro desinterés sea, al menos, interesante.

Hay que preguntar mucho para poder seguir preguntando.

Cuando leo el mapa de mí mismo ya no soy yo mismo.

En el fondo, toda letra es punto.

Hasta lo que venero es cuestionable.

A veces me agoto tanto que sólo quiero seguir corriendo.

A mí la palabra “quizá” me da seguridad.

La saliva es energía.

Soy más evanescente que mis fantasmas.

El lenguaje es la alquimia que queda.

Lo mejor o lo peor de todos los tiempos no ha ocurrido todavía.

La creencia es una cárcel deseada.

Si no tienes nada que decir, di algo.

Mi ego se cree más que yo.

Sólo lo destituible debería constituirse.

Por ley de opuestos, si el papel aguanta todo, la tinta no.

Las calles nos cruzan.

Escribir sin verbos es uno de los artes escondidos de la literatura.

Uno es siempre planeta de su sol-madre.

Muchos pecadores no perdemos el cielo, sino el camino al cielo.

Escuchar es lo más precioso de un diálogo.

Al compartirlo, justificamos mejor el engaño.

De día es que me dan más miedo los fantasmas.

El agua es punto medio entre caída y sostenimiento.

Quedarse sin palabras es decirlo todo.

Dios mío: te ruego que no seas como creo que eres.

Los libros se hicieron para rayarse.

Si la vida es cine somos una encrucijada de edición.

Creo más en mi creencia que en su objeto. Es lo que tengo a mano.

El promedio es anonimato menos quince minutos.

Toda convicción nos endeuda.

Los años-luz del espacio son un tapiz plano.

Mi mayor motor es no querer hacer nada.

El fenómeno me importa menos que su fenomenología.

La filosofía se acerca a la razón y olvida el corazón, su verdadero padre.

O es todo ensayo, o en la vida no hay tiempo de ensayarla.

Yo sé que me engaño.

Ahora recuerdo por símbolos.

En este lado no milagroso del mundo la valentía es producto de las circunstancias, no de la voluntad.

Crea juegos pero no caigas en ellos. No enloquezcas con lo que dibujas… para otros.

“Nostalgia” y “melancolía”: generalmente se me olvida una cuando pienso en la otra.

Mientras menos tiempo, más parsimonia.

Hay cosas que uno escribe por escribir (ésta, por ejemplo).

Preguntar o no preguntar, ése es el ser.

Quien conoce un idioma los ignora todos.

Merecer no cuenta en el poder.

¿Por qué escribo aforismos? Para iniciar.

El antípoda está detrás de nosotros.

Ojalá pudiera enviar de antemano los pensamientos cuando arranco de golpe.

Echarse es crear un lado.

Cada vez dudo menos que dudo.

Dios está en la entrepierna.

Tu vida mira hacia delante, es decir, hacia tu vida misma.

Hago énfasis en la distracción más que la concentración.

El egoísmo es el ego a secas.

En un instante el objeto es igual a sí mismo. Su entropía es cero.

La clave de mi trama está en la suma de los eventos irrelevantes.

Cuídate de no sobreactuar cuando te lo estés jugando todo.

Para sobrevivir lo primero es recordar.

El autoengaño es verdad.

Oculta algo. Pídele a la gente que hable de eso. Revelarán mucho.

Soy literato fantástico en vez de teólogo. Hasta ahí llego.

El reposo va hacia delante.

Yo uso el “no” para separar los objetos de su entorno.

El mejor balance oscila.

Para estar seguros hay que suponer mucho.

No te he escrito porque tengo mucho que decirte. Si no tuviera nada que decirte te escribiría.

Mi religión actual es Su Ausencia.

Lo que digo de mí se aplica a todos, es decir, a nadie.

Somos una ecuación que trata de resolverse a sí misma.

Todo camino gira.

Hay cosas y personas que no están a la altura de su estatura.

El discurso más directo es la confesión.

Un usuario solo ya es audiencia.

Busco un atajo hacia la cercanía. Tan perezoso soy…

Necesito poner nombres para saber a quién pertenecen los escombros.

Prefiero escribir con rabia que con lástima. Y siento lástima.

Así diga lo contrario, siempre digo lo mismo.

Mi ventaja relativa y triste es que no creo ni en unos ni otros.

Dame tiempo que el espacio sobra.

A veces siento nostalgia de tiempos no vividos.

El objeto físico es una lista de cosas posibles que han sido hechas.

Ver los dos lados con escepticismo me centra.

Los sueños son más connotación que denotación.

He aprendido más contigo sin estar de acuerdo que de tantos fariseos que piensan como yo.

Soy feliz con mi agnosticismo a cuestas o yo a cuestas de mi agnosticismo.

La ausencia de una H es tan elocuente…

El teatro de la magia ocurre tras bambalinas.

Con el lector soy como letra muerta que revive por un rato.

Querer acelerar el tiempo siempre se hace por un buen motivo.

Soy esclavo voluntario de los sinónimos.

La gente sabe casi nada de mucho.

La profundidad rasga la superficie.

El dios en el que creía no existe.

“No sé cómo explicarlo” es la muletilla que me hace entendible.

Para salir un poco del tormento del día a día me sumerjo en el tormento de lo que no tiene tiempo…

Uno cumple años, no promesas.

Cuando el artista se encuentra… su legado se lo roba el mañana.

Sin ironía la solemnidad es aburrida.

Construimos el andamiaje, casi nunca la obra.

En Las Meninas, Velásquez pintó la luz eléctrica.

A la gente no tiene porqué gustarle lo que uno escribe.

La filosofía se refugia en aquello que pretende trascender.

Cristo y Satanás son hermanos.

No te he escrito por una razón: no te he escrito.

Un mundo hacia adentro abre ventanas…

Hay mejores.

No quiero encontrar lo que busco.

Es inevitable que al guardar perdamos.

Sin automatismo síquico no hay poesía (esto se me ocurrió de repente).

Las pruebas siempre sobran… lo que falta es justicia.

Mi manera de debatir estos escritos es no hablar de ellos.

Mientras más exhaustivo un argumento, más incompleto.

Si por mí fuera, el infierno estaría prácticamente vacío.

Cuán íntimo es mi mayor triunfo.

Escribo que la historia es justamente lo que no se escribe.

A lo mejor el diablo es Dios sin hipocresía.

El sexo nace y muere en la mente, luego de atravesar el cuerpo.

Mis hijos me malcrían.

Invento palabras para no decir siempre lo mismo.

Estás de acuerdo conmigo porque siempre te doy la razón.

Tarde o temprano, uno copia a Antonio Porchia.

La religión quiere llenar de propósito la eternidad.

“Pero” es menos objeción que conectivo.

Nos une un desfiladero.

Mientras menos creo en algo mejor lo argumento.

Yo trato de vivir la justicia que busco para el mundo. Y no puedo.

La mejor infraestructura es invisible.

Me salgo del camino por las rectas. En las curvas pongo atención.

No es lo que tienes entre manos, sino entre piernas.

La entropía también crea.

Me gusta ser artificial. Y no puedo evitarlo…

Mejor un destello amarillo sobre el vasto azul que lo contrario.

La emulación pasa por intento más que logro.

La montaña nace bajo los pies.

Del sentido moral me importa el sentido.

La inactividad no es negativa.

Basta de comprobaciones, queremos hipótesis.

Siempre hay que dejar una puerta entrecerrada.

Jehová le echa Su Culpa a los humanos.

Todos saben todo ¿y entonces?

Me construyo hasta consumirme.

Hay varios “uno mismo”. Lo digo por la confianza y desconfianza que les tengo a unos y a otros.

Dale poder, dale deseos de matar.

Prefiero usar que actuar.

Luego de un deslave en la vecindad nuestra historia es arqueológica.

Recorro kilómetros para decir centímetros.

Hasta espontáneamente sistematizo.

El espacio es dadivoso pero el tiempo no.

El resto de la verdad está sobrio.

(Sigue)

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Se agradece que la cita de estos aforismos se haga con mención al autor: Fernando Núñez Noda.
ILUSTRACIÓN: Lúdico para infoCIUDADANO.

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